Todo está preparado mucho antes de que abramos los ojos. Los códigos están ahí operando sobre nosotros, operando sobre las cosas. Esperándonos sin que lo sepamos. Su función es hacer que todo lo visto sea siempre un ya-visto. Esta operación pre-subjetiva de normalización de la visión es nuestro autofocus. Gracias a ella, la realidad aparece ante nosotros con suficiente nitidez o, como decía Nietzsche, cualificada verídicamente, es decir, cargada de sentido y de valor. Inteligible. Domesticada. El objetivo de los códigos es disminuir al mínimo tolerable la cantidad de novedad que podría aparecer en nuestro campo de visión.
El pensamiento de las imágenes
¿Fotógrafos peruanos? Apuntes sobre cómo (no) crear un simulacro
NOTA: este texto fue publicado originalmente el 8 de agosto del 2017. Después de algunas semanas de estar en línea, misteriosamente fue borrado de nuestra página. Por suerte siempre hay archivos de respaldo.
Si atendemos exclusivamente a la calidad artística de la propuesta expositiva la experiencia es decepcionante. Por un lado, no existe un trabajo curatorial, lo que se evidencia en la heterogeneidad de las obras incluidas, en la homogeneidad de los formatos, en la simplicidad del montaje y en la ausencia de una reflexión sobre las relaciones que las imágenes establecen con el espacio expositivo y entre ellas mismas. Si a esto le añadimos la extrañeza y vacuidad del texto de presentación (más un agradecimiento personal que una reflexión/descripción de la proyecto) forzoso es concluir que la muestra se reduce a un conjunto de fotografías colgadas en las paredes de una sala vacía.
Conversaciones_01. Adriana Bickel: “¿Cuántos selfies hay que tomarse para destruirse a sí mismo?”
Conversé con Adriana sobre su preocupación por la imagen, sobre el analfabetismo y la pedagogía visual, sobre el rol del artista y su responsabilidad política, sobre el arte contemporáneo, entre otras cosas. A continuación les dejo la transcripción de nuestro dialogo.
Imágenes indecisas. Sobre “Sinapsis” de Sebastián Montalvo Gray
Hasta el 21 de septiembre se puede ver en la Sala Luis Miro Quesada Garland de la Municipalidad de Miraflores la exposición “Sinapsis” del fotógrafo peruano Sebastián Montalvo Grey, compuesta por dos series de imágenes. La primera registra un aparente incidente policial; la segunda, escenas cotidianas con una cámara termostática.
Apuntes sobre la postfotografía
Desde hace algunos años se escucha hablar con frecuencia de la postfotografía, término liminal, transgresor y polémico debido a que cuestiona la identidad “oficial” de la fotografía enarbolada a lo largo de su Historia: aquella que la entiende como una representación realista del mundo externo…
Duane Michals, la inquietud de las imágenes
La obra fotográfica de Michals no se ha desarrollado siguiendo la lógica y los imperativos del “régimen de la transparencia”. Según este –hegemónico a lo largo de la historia de la fotografía–, una imagen fotográfica, debido a que es el producto de un dispositivo maquínico, debe entenderse como un instrumento con el poder de poner en contacto nuestra mirada con un fragmento seleccionado del espacio/tiempo (referente externo).
Recuerdo, luego existo. Texto curatorial para la exhibición «Mnemotecnia» de Sebastián Nieto
“¿Quién soy?” es una pregunta simple; sin embargo, su respuesta nos evade cada vez que intentamos asirla. Friedrich Nietzsche decía que para descubrir la solución a aquel problema fundamental de la existencia era necesario volver sobre nuestro pasado. Por ello, la pregunta adecuada debía ser, más bien, “¿cómo he llegado a ser lo que soy?”. Según el filósofo, entonces, para esclarecer nuestra identidad tendríamos que indagar, gracias a un trabajo de rememoración, cuáles han sido las experiencias que nos han engendrado a lo largo del tiempo. Identidad e historia, por tanto, serían inseparables. Sin embargo, se requiere un tercer término para tejer ambas series. Un intercesor, en palabras de Gilles Deleuze, que salve los acontecimientos del inexorable flujo del tiempo: la memoria. Y es precisamente ella la que ocupa el centro de las preocupaciones de Sebastián Nieto quien en Mnemotecnica, su primera exposición individual, nos invita a conocer sus técnicas para recordar.
La fotografía como dispositivo estético. Sobre «Mecanismos del paisaje» de Sergio Fernández
En la galería L’imaginaire de la Alianza francesa de Miraflores se presenta, hasta este domingo 19 de marzo, la segunda exposición individual de Sergio Fernández. Bajo el título “Mecanismo del paisaje”, la propuesta es una prolongación de las preocupaciones sobre el territorio, sus transformaciones y sus representaciones, que Fernández –fotógrafo y arquitecto– ha mostrado desde sus primeros trabajos. En este caso, sus inquietudes lo han llevado más allá de la fotografía, ubicando su investigación en lo que George Baker llamó, dialogando con Rosalind Krauss y la teoría posmoderna, “el campo expandido de la fotografía”. Esta precisión nos advierte sobre lo que vamos a encontrar en la sala: ausencia de “fotografías” según el punto de vista del sentido común, es decir, fotografías directas; y presencia de lo “fotográfico” en el sentido contemporáneo del término.
Paradojas de la fotografía. Un comentario a “Perfectas imperfecciones. El arte de abrazar el azar y los errores” (exposición curada por Erik Kessels).
Una exhibición con propuestas tan disímiles y complejas puede leerse de muchas maneras. Los «cortes» interpretativos que podemos realizar sobre este universo heterogéneo son prácticamente inagotables. Por ello, en lo que sigue me gustaría desarrollar solamente una línea de exploración en torno a la noción de “paradoja”. El título, perfectas imperfecciones, es, de entrada, una señal de ello. Me parece que la idea de lo paradójico se puede encontrar, por lo menos, de cuatro formas diferentes en la exhibición: tres de ellas son inherentes a los trabajos; la restante, es un efecto de estos. Antes de analizar estas paradojas, me gustaría dar un paso hacia a atrás para explicar por qué considero pertinente este concepto para penetrar en la propuesta de Kessels.
Cuando las imágenes piensan.
Existen, al menos, dos formas en que el universo de las imágenes se vincula con el ejercicio del pensamiento. En la sentencia «el pensamiento de las imágenes», estas últimas pueden entenderse: 1. como objeto del pensamiento o 2. como sujeto del mismo. En el primer caso, el sentido de la relación no es problemático, pues se entiende con claridad, razonablemente, qué queremos decir cuando afirmamos que las imágenes se toman como objeto de estudio del pensamiento. Por el contrario, la segunda opción se presenta como ciertamente problemática. ¿Acaso las imágenes son capaces de pensar? Nos enfrentamos a una afirmación absurda ¿o debemos encontrarle un significado oculto?
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