Habitar el cuerpo en el autismo

El cuerpo no es algo dado, no se es un cuerpo, sino que uno tiene que poseerlo, habitarlo, siendo una relación siempre problemática, donde cada sujeto debe resolver de manera innovadora y particular este encuentro, con aquello tan íntimo y a la vez tan ajeno. El autismo revela distintos modos de habitar el cuerpo, cuyas respuestas son, a veces, más abruptas o, incluso, de aparente ausencia de respuesta frente al ojo o al llamado de un otro.

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