
Los invito a movernos entre las escrituras del cuerpo…
Movimientos confinados
El tiempo es otro. Parece que la vida también. Repentinamente, los circuitos habituales de nuestro diario acontecer, cambiaron.Sin mediar demasiada palabra, lo real se hizo presente y nos vimos ante un agente, el virus, que trastocó nuestros sistemas de referencias externas e internas. Nos tuvimos que enfrentar a esto “nuevo” que nos dejo sin palabras.
Tratare en este breve escrito, de repensar algunos aspectos de nuestra cotidianeidad y sus efectos en el movimiento, tanto corporal como psíquico.
La danza: Una revelación del movimiento
Somos seres en movimiento. El universo lo es y desde que nacemos, ya nuestros ritmos fisiológicos: la respiración, el ritmo cardíaco, nos imponen justamente una pauta rítmica, un movimiento. Por lo tanto, éste es condición de nuestro ser, aunque estemos en reposo.
La danza: un modo de hacer lazo con la comunidad adolescente
El Arte y sus variadas expresiones, como otro modo de decir, se fue presentando tímidamente en algunas prácticas e Instituciones, como un modo alternativo de instalar una pregunta, de vehiculizar aquello que había quedado atorado. Empecé a preguntarme entonces: así como la pintura, la escultura, la música, el teatro, la literatura se han hecho presentes en los contextos clínicos-institucionales, ¿es posible que la danza pueda ser incluida en un espacio de esta índole? ¿Qué lugar tiene en un contexto terapéutico como alternativa de acercar amiento a lo más sufriente, a lo no dicho, a esos goces estancados en su circulación?
Texto escrito… texto bailado
Escritura y Danza, dos formas sutiles de trazo. Empiezo a escribir sobre este Arte del Movimiento cuando descubro que ambas, son estilos de vida, organizadores del pensamiento, ideas y modos singulares de existencia. Ir articulando estos espacios me ha ido posibilitando interrogantes que han dado lugar a la investigación y también a la necesidad de dar ciertos pasos. Se escribe desde el cuerpo; para escribir tuve que poner en funcionamiento el cuerpo; para que apareciera otro tipo de escritura…tuve que bailar. Así fue como descubrí la danza. Y las múltiples posibilidades de ambas.
El movimiento improvisado
La Improvisación implica que el bailarín se deshaga de las ataduras de una coreografía predeterminada, de un texto escrito de antemano. Quien improvisa, ejecuta y crea en un tiempo simultaneo y se anuda al cuerpo del otro, que a través del tacto, el apoyo y la presión, crean el movimiento.
El cuerpo de la danza, un lugar político
Podemos pensar entonces ¿cómo se constituye un artista? ¿cómo se subjetiva un bailarín? ¿sobre que discurso? Porque sin duda, esto lo implica en una posición que tiene el poder de transmitir un texto y un discurso que puede interpelar todas las formas hegemónicas y dominantes de la época.
La invención de una vida: Isadora Duncan
Revolucionó una época, y también un estilo. Isadora aprendió los primero movimientos de las olas del mar y como ella misma diría, tomó sus primeros pasos en el seno materno. Desplegó un hacer con su cuerpo y sus movimientos, que tuvieron un impacto individual, social y cultural. La sociedad artística de aquellos años recibió el legado, en el mundo de las artes, de Isadora.
¿Por qué la danza?
Se baila desde un profundo vacío…
Aquel que dejó el ser sujetos hablantes.
Se baila para hacer una torsión con aquello que quedó silenciado.
Se baila para hacer trazos…escribir…
Se baila con uno, con otros y para los otros.
La mirada del cuerpo en movimiento
Quien baila se anima a emprender un viaje de sobresaltos y riesgos donde se van a reeditar procesos básicos de la constitución subjetiva. Sin dudas que el danzante despliega en su hacer, procesos fundamentales como el narcisismo, identificación e idealización, omnipotencia, castración, identidad, etc.
Destellos… escrituras del movimiento…
El movimiento…el gesto…
Ese gesto único que transmite el cuerpo de quien baila, desconocido para sí y para nosotros.